Solo la vida interior puede renovar el hombre interior. De esto tenía una larga experiencia san Agustín, quien había vivido una primera parte de su vida volcado hacia el exterior y seducido por las cosas materiales en la búsqueda de la verdad, de la sabiduría y de la felicidad. No obstante, la gracia de Dios hizo que pudiera romper las ataduras de su vida pasada para regresar a su interior, para descubrir cómo Dios habita dentro del corazón de cada hombre y mujer, y cómo desde el corazón llama a todos los seres humanos a un encuentro de amor con él.
La oración y el diálogo con Dios serán el ámbito en el que viva san Agustín toda su vida. Y la llamada de san Agustín a regresar al interior sigue resonando en la actualidad, en que vivimos dispersos y volcados hacia las cosas exteriores. Hoy que estamos reclamados por una avalancha de estímulos y de información, el ser humano necesita regresar a su interior, dejar de lado aquello que le dispersa y divide, y buscar la paz, la serenidad y la armonía en el encuentro con Dios en la oración.
Por medio de estos talleres lo que se busca es que todos los que vivimos de alguna manera u otra la espiritualidad agustino recoleta –religiosos, religiosas, fraternidades seglares, profesores, etc.-, descubramos la riqueza del pensamiento de san Agustín en torno a la oración, y que estas ideas las podamos incorporar en nuestra vida y en nuestra espiritualidad de todos los días.